A estas alturas
yo ya no me pregunto si me quieres
porque es misterio incorpóreo de voces susurrantes
lejos de mis alas tiernas y doloridas.
A estas alturas
saberlo es poca cosa
saberlo involucraría razonarlo
analizarlo
masticarlo bajo el matiz rosado de la lengua
que recita odas hacia lo tosco y lo maldito.
Querer Saber
es una necesidad increíblemente austera
que me invade el alma en las tardes frías
o en las mañanas nubladas
y
de vez en cuando
me cubre la vista con un manto acuoso de dudas y de revelaciones...
pero ya no quiero preguntarlo más.
Ya no quiero formular palabras en mis labios
que floten, irreversibles
hacia tu rostro y te golpeen,
como una lluvia de reproches y de interrogantes
haciéndote girar la cara,
apedreado...
porque mira que es terrible quedarse sin tus ojos,
sin tus labios delgados,
o tu sonrisa cerrada e insinuante...
Yo no quiero saber, ni preguntarte
por miedo a que
uno de estos días simplemente digas:
"no, no te quiero"
y yo deba irme sonriendo amargamente
porque mis lágrimas son demasiado idiotas para semejante pena y desilución.
1 comentarios:
Sigo leyéndote, Antares, aún en ésta tu etapa más bien oscura, que ojalá solo sea experimental y no vivencial.
A. A.
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