Favor de acariciar a la Rocamadour.

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Mal Soñado



Sabes como es?
Como tatuar el vacío
así se siente.


Como abrir una cortada en un espacio vendado
involuntariamente.
Se sintió como un estallido,
como algo tibio que estalló en mis oídos
y
de pronto
me inundó el paladar con la Conciencia
de saber que Te Quiero,
Que te Guardo
(Que te procuro, que te sigo, que te necesito..)
Dentro de mí,
de mís razones,
de mis sueños,de mis ideales.

A caso es malo?

Raspar en el olvido
Acaso resta valor a lo que doy?
Ufana mis sentidos, mis sensaciones (quizá)?
Libera mis respuestas encerradas en una caja pequeña

carcomida,
oscura,
moribunda...
oniríca ( a veces) de

Razones
entrañables, aspiraciones a
ganancias de mármol tallado.
Amaestrado como el azul,
Lustroso...
Oblicuo.

MalSoñado.

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Ámbar No. 1



Y yo, que te creí Mar.
(Te creí, Amor.Te creía)
Me recuesto en un zafiro.

Y yo, que te hablé de cielos,
de estrellas blancas,
de tormentas pálidas,
de voces, de voceros

me vuelvo rocío en sus labios,
en sus recuerdos.

Y yo:
que me pensaba muerta,
oscura,
desgarrada
encontré un lugar bajo sus alas (dormidas)
y me sentí feliz,...
y ya no tuve frío.

Porque bajo el haz de su luz-mirada,
me hallo a mí misma, escondida
en sus latidos.

Y yo. De nuevo Yo.
Creída,
tonta,
inacabada,
me descuello ante su gracia.
Y una vez más, te dejo de lado.
Te dejo por nada.
Te dejo
porque
Yo te creí la Mar...
Y ahora, soy río.

Y adopto un cauce que me besa,
que me vuelve rosa,
que es (para mí) mío...

Y yo, que me volví humor,
que me volví brisa,
me siento humana.

Le miro a los ojos,
y me veo.
( "oh, señor de los Deseos" )
Entonces
el Vacío no me toca.

Y el instante que dura mi mirada con la suya,
con el mundo,
(nuestro mundo),
se vuelve milenio, es locura.

Es Locura de Prados infinitos de paz,
de aguas frescas....

...cuando tú me llamaste agua turbia.

Yo te creí, Amor.
Te creí.
Ya no te creo.

Y me voy tras un Ciervo de filigrada dorada.
A cazarlo con flores fatuas de Poemas,
a provocarlo con azúcares brillantes...
A seducirlo con los labios, con la piel, con azucenas...
A Amarlo (porque quiero) como quiero,
como me (nos) de la gana.

Y yo; le creo a Él.
Porque me ha creado.
Me descubro contenta.
Me sé.
Me he termiando.

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Todo Ocurrió


Todo fue como debió:
Frágil, limpio, sencillo.

Sonaron campanillas incrédulas en mis cabellos
Y,
Bajo tu rostro
Se agitó el Mar que te posee (a veces)
Que me mostraste.

Todo “fue” como debía
Pero
¿Cómo debía?
¡Cómo debía!
¿Cómo? ¡Debía!
¡Cómo! ¿Debía?

En filamentos, Señor… en Filamentos.
Mi poema se peina con cánones estridentes,
Ahumados,
Con voces heridas de intransigencia absoluta.
… éste lo maquillé con reproche, con mordida,
Y lo quiero en ti,
Prendido de tus labios (contemplativos) de la Razón,
De la cordura.

(El mayor Reinado de tu candor, de tu encanto,
Se esconde al fondo de tu garganta…
Garganta…
Garganta….
Voz, voz, voz….
Recuerdo)

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Ideales (segunda parte)


CAPÍTULO UNO

La mochila se vuelve pesada a cada paso. Hay charcos en su camino y lodo fresco bajo sus pasos. El viento le azota una gélida llovizna en la cara y, en las manos, le cala un frío que entumece sus dedos, sus esperanzas.
Más allá, a unos cuantos metros, el edificio bajito, compacto, se impone a su vista que vaga de detalle en detalle, de gota en gota, de nube en nube. Los cristales de sus lentes están empañados con la lluvia y el fleco, ya empapado, resbala constantemente sobre su rostro.
Alcanza techo. Aún así, resbalan gotones pesados por el filo del descanso que le calan por la espalda, por los brazos. Se recoge en la pared; coloca sus cosas delante de sí y avanza, con cuidado. Huye del agua que la ataca con su brío, con su insistencia. Allá, sobre un árbol, una nube se descubre y deja ver, con un brillo tímido y sosegado, una estrella nítida, enorme, regia. Venus le ilumina los ojos con el Arte, con el resplandor.
— Belleza es Amor.- Susurra, y camina de nuevo, constante, cabizbaja, meditabunda, hostil.

Tu vista me sabe a mar, a esperanzas. / El verte me hace soñar, sentir que sueño.

— ¿Fer?, ¿Fer?... ¡Rabanito Girl!... ¡Rabanito!
—No mames, Mariana, me asustas. ¿Qué pasó?
— Despiértate, burra. Ya llegó la maestra.
— Ah, caray. Se me fue. Hasta estaba soñando, güey.
— Si, si… si nos dimos cuenta.- Risas.

De la nada, una muchacha menuda gira el rostro y las mira.
— ¿Qué de qué, o qué?
— Nada, Ingrid. Esta chamaca aquí; de irresponsable. Mira, ¡tiene la baba por toda la cara, jajaja!
— Cállate Mariana.
— Oye.- dice Ingrid y mira ansiosa hacia la puerta.- ¿y Dinorah?
— Yo que sé.- Fer se recoge de nuevo dentro de sus brazos y se acuesta sobre el pequeño escritorio.- Esa mujer siempre llega tarde. – Bosteza.- Déjame dormir, güey; ¿no ves como vengo?
— No, Fer. Ya te dije que no. – Contesta Mariana agitando vigorosamente un dedo frente a su rostro somnoliento. – Tienes que tomar los apuntes para que nos los pases, eh.
— Mira, ya llegó Dinorah. Que los tome ella, ya le toca. Mientras déjame dormir. Anoche no dormí nada, estaba soñando un buen de cosas…
— Ya, Fer.- Ingrid gira la cabeza de nuevo. El cabello lacio de su coleta roza ligeramente el rostro agotado de Fernanda.- Dinos con quién estás soñando. Ya van varios días que te vemos así.
—… ay, mujeres… si yo les explicara…
Risas poderosas, estridentes. En los lugares cercanos, los demás estudiantes se interrumpen y voltean a mirar qué es lo que pasa. A unos lugares, un muchacho ríe; no demasiado.

CAPÍTULO DOS

Es frágil la conciencia. / La inconciencia se vuelve ley. / Contemplarte entre la una y la otra se hace brisa, se vuelve romance…
El amor es belleza/ ¿lo ves?

— Fer, ya me aburrí.
— Yo también, Mariana.

En la hoja de papel, un poema inconcluso agoniza entre suspiros y muere. No queda más por hacer. El papelito yace mutilado entre caos de las materias y al verle tan inútil, tan gris, tan fallido; Fernanda le toma, lo aprieta entre sus manos y ahora le contempla convertido en un fantástico proyectil. Mira su objetivo: Un muchacho que escribe concentrado en su libreta el apunte aburridísimo del pizarrón.
— ¡Como vas Fer!, ¡como vas!, ¡dale!
— Cállate, Dinorah. Me desconcentras.
Le apunta y con decisión y maestría; ¡Pack!, la bala inofensiva se impacta contra la nuca del muchacho. Hay sorpresa en su rostro; voltea rápidamente la cabeza y la mira allí, fingiendo estúpidamente su inocencia mientras disimula la sonrisa traviesa de sus labios. Ella le mira disimuladamente mientras él vuelve a su libreta, a sus apuntes. En los labios de él, hay una esperanza de sonrisa.
— iiiiih… no, Raúl. Yo que tú…- Mario agitaba lentamente la cabeza. – Ten dale con esto.
— Espérate, Mario. Ahorita.

A veces, el mundo se vuelve roca / pedrusco inanimado. / Entonces, el aire vuélvase gris / y el cielo triste, caído, ahumado…/ y me pesan los pulmones / me pesa la vida / me pesa el camino perdido… / recuperado.
La Belleza es Arte, ¿lo sientes?


— ¡A Fer le gusta Raúl! ¡A Fer le gusta Raúl!
— ¡Cállate, Dinorah!, no es cierto…
— No pues, Dinorah. No seas mentirosa… a fer le gusta mi primo, ¿verdad?
— No mames, Mariana.
— ¿qué pasó? ¡Díganme!
— ¡Voltéate, Ingrid!... Éstas están acá, buscándome novio.

Luna, Luna Roja… roja.
La Luna se estrelló en el cielo/ Sangra por la comisura de los labios. / Me sonríe. / Me llena de sueños regordetes, / me procura, me cuida. / me vuelve huerto.

— ¡Órales!... ¡yo ayudo!
— No, Ingrid… que es jalada nada más…
— Sí, Fer… hay que hacer eso.- Apunta Dinorah.- vamos a hacer experimentos contigo ¿va?
— A ver, Fer ¿Con quién quieres?
— jajaja, para mí no es tan fácil querer con alguien nada más así; tiene su proceso…-
— Ya sé… quieres con el Tipo del Eclipse, Fer.
— Dejen al pobre Juan en paz, jajaja.- En su hoja florecía un nuevo poema.

El silencio se hace grito ahogado en letras / en comisiones. / Bajo el ardor de un delirio acompasado / muere la esperanza del resplandor / de la paz…/ El Arte se vuelve Amor; el Amor, Belleza; la Belleza, Luz; La Luz, Estrella; La Estrella, yo.


— Al menos podrían ser más discretas ¿no creen?- Fernanda agita la cabeza.

La mochila es pesada. Hiere a cada paso… duele.

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Ideales

CAPÍTULO UNO

La Guerra. Por los valles, por los prados y los montes, hay batallas violentas, infectadas de saña, de vacío.
Muy lejos, escondido por la paz de un campo verde, un pequeño campamento se yergue solitario e impasible. Allí, por las hojas de los árboles, por el viento que corta los labios y hiere los ojos, se oye el rumor de la lluvia fría y cruel.
La tormenta se desprende sobre el mundo, sobre las armas. Las gotas heladas agreden la tela de una tienda remota y escondida, colándose a veces en forma de tímidas goteras que escurren por los múltiples remiendos. Aquí, bajo el furor del compás de su caída, se hallan dos comensales que beben juntos una botella de licor sentados en el suelo austero de la tienda. Uno de ellos, una mujer, rodea con los brazos sus rodillas y frunce el ceño, pensativa. Con una cara de notable angustia cierra los ojos y toca, con sus dedos trémulos, una de las heridas ya sanas de su cara. Con la otra mano, agita el vaso con licor.
— ¿Qué vamos a hacer? – Dice sacudiendo la cabeza y echando el cuello hacia atrás mientras una lágrima sutil de frustración escapa de sus ojos.
De repente se incorpora y, furiosa, destroza el vaso aún lleno contra el suelo.
— Tranquila – Responde el muchacho. – Ellos no saben nada. Tienes que disculparme que no haga nada más por Esto… pero sería arriesgado. Te pondría en peligro; y al Movimiento también…
— ¡Pero dices que las tropas se mueven en dirección nuestra!... ¡las tropas!... ¿de cuántos hombres hablamos?, ¿¡cinco mil!?
— ¡Ellos nunca hallarán este lugar!… están ocupados rastreando las montañas. El valle es seguro...
— ¿Qué ocurrirá si nos encuentran?- Caminaba por la tienda con una mano sobre los ojos. Quizá lloraba.
— No los hallarán…. Yo… yo… ¡Diré que huyeron!, que se escondieron en los prados del oeste…
Ella dejó de vagar y se detuvo de pronto. Abrió los ojos muy grandes, como platos…
— ¿Fernanda?... Fernanda, ¿qué te pasa?
Resonaros gritos a lo lejos.
—No- murmuró él de modo casi imperceptible con angustia en los ojos.- ¡¡Espera!! ¡No salgas!

Fernanda irrumpió en el exterior. La cortina de agua era tal que no veía con exactitud casi nada. A su alrededor, se agitaban hombres en revuelos y estampidas… Había disparos en el aire que pasaban zumbando a su lado…
Entonces, con la cara empapada y las manos entumecidas por el frío, se disponía a tomar el arma de su cintura, cuando cuatro manos la sujetaron con fuerza y la tiraron al suelo de rodillas.
— ¡Alto!-Gritaba el muchacho a sus espaldas. — ¡Alto! ¡Esto no es lo que parece!
Ella permanecía con los ojos cerrados. Su gesto era tranquilo…. Una sonrisa atravesó por sus labios cuando el gatillo chasqueó con la explosión repentina de la muerte. Sintió la bala atravesarle igual que las palabras que mataron su esperanza:
— General Juan Antonio; está usted acusado de Alta Traición.

CÁPITULO DOS

La celda es pequeña y fría. Por los barrotes, una serie de guardias vacíos se pasean.
Dentro, un muchacho devorado por un uniforme se arrincona en una esquina sucia de su cárcel. Su mirada no recae en los guardias que lo burlan y lo insultan, sino que atraviesa las paredes… los horrores.
Su cuerpo está molido a golpes por los hombres; su sueño, molido por la muerte. En su mente desfilan pesadillas reales… y ficticias, y tras todo esto; tras de él, tras la celda, tras los guardias, el patíbulo se extiende con su furia incontenible. Más allá, no hay más lluvia. La batalla se ha suspendido y los cuerpos de los rebeldes que cayeron se esparcen por el suelo aún en llamas. Hay escaramuzas en los valles todavía, pero son de rencor… y de tristeza. En el valle emboscado hay ya tumbas, pero el cadáver de Fernanda no yace allí.
El gobierno le condena al fétido horror de una fosa común.
Con la Comandante del movimiento Disidente, muere también la Revolución Arrealista Sociomexicana.

El General oye la prédica humillante del ministro en su silencio enclaustrado, puede sentir el hedor del agujero que se abre en la tierra aún blanda, ve el cuerpo de su amiga aún tierno, aún blanco, arrojado por las manos de carniceros hambrientos de dinero y de poder. En el monte aúlla una alimaña.

— ¿Sabes? No sé cómo te sientas tú, pero a mí me encantó que hayas venido. ¡Eres una persona maravillosa! Por favor… nunca cambies.
— Me esmeraré en ello, confía en mí.

En la lejanía resuena el saludo a un oficial. El sonido de los tambores irrumpe en el aire.

— Espero que te guste la pizza hut, ja ja ja... ¿te importa si la pedimos de champiñones?
— Sí, está bien, pero… ¿No tienes frijoles?- Risas.

— Levántate, pinche marrano. Te llegó la hora.
Cuatro manos lo sacan de la celda y lo llevan a casi arrastrando por los sucios pasillos de la prisión. Sus piernas no responden… Él ya no está allí.

— ¡En serio!- Risas- Te digo que seré socialista… me voy a poner allí, con los manifestantes de la UNAM…a hacer paros y eso. – Risas- Yo creo que hasta a la revolución voy a llegar…
— ¡Sí!, entonces tú harás las revoluciones y yo iré a reprimirte.-Risas- No, ¿como crees? Seré tu espía en el bando contrario.
— Jo jo… y cuando te descubran y te juzguen por Alta Traición al Ejército, iré a recuperar tu cadáver de la fosa común…
— Uy, que optimista.- Risas.

— General, está usted acusado de Alta Traición al Ejército al verse sorprendido negociando con el enemigo. El Supremo Tribunal Militar le ha condenado a…- Los presentes toman saliva.- Morir fusilado.
Los tambores suenan con estrépito. Cinco militares marchan en fila hasta colocarse frente al patíbulo. El General es colocado frente, lo atan y lo abandonan en la pared ensangrentada.

— Es una lástima que quieras ser militar… Me encantaría que estuvieras de mi lado.
— Lo estaré. Tú sabes que los militares no me inspiran mucha lealtad.
— Entonces… tú y yo haremos grandes cosas… ya lo imagino; la Revolución Arrealista Sociomexicana.

… En su delirio estrecha una mano invisible entre las suyas.
— Te fallé.- susurra.
Y una voz en el viento responde: “No, nunca me has fallado”
— ¡Atención!
¡Preparen!
¡Apunten!...

— Nunca tengas miedo de decepcionarme, ¡nunca lo harás!

— ¡¡¡ Fuego!!!

— Aunque mis ideales fallaran, sabes lo mucho que te quiero. No por eso lo haré menos.






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A verso libre





Ahora
que hay hielos sobre el azul,




y que tras el aire que atraviesa,
que desangra (risueño);
hay vacíos desesperados de paz en llamas
Quizá me atreva a afirmar:
(No lo sé; nunca sé nada)




Que te temo,




Que te tengo un miedo azul,




Un miedo trémulo...
Infiltrado...




Un miedo verdadero pero
quizá irreal.




Te tengo un horror plausible de poema.




Te veo tras trozos de cristales ahumados,
tras trozos de cuarzo rapaz de hipocrecía.
o quizá de amor...
o quizá frambuesa.




Tu vista de lejos, de frente,
de atrás, por ambos lados...
me sabe a mar,
a rizos frescos...
A verso Libre.

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a Charles Ruhan


Cabalgante.

Rapaz.

Agua soñada de mares enclaustrados.

En tu trabajo de artesano, de joyero;

tus manos reposan incansables bajo el telón de la sorpresa;

del delirio vital.


En el río donde vierten sus aguas tus deseos,

donde tus hilares se bañan por las tardes,

donde tus sueños corretean sin censuras;

crece el ámpula eterna de mi misterio,

de mi atractivo,

de mis proyectos sanguinarios de belleza idealizada.....


Tengo miedo.

Tengo miedo de la duda y del destino.

Tengo miedo de la lluvia fría de materia,

de cerebro azul encarnizado....

soy azul....

y soy cerebro.

Será que me temo a mí misma?


A la vez, soy la lluvia que besa tus labios,

que borda de cálidas bisagras tus sábadas de luto....

soy ideal....

soy calor imaginario.

y soy Textual y Seria...

como la Soledad,

como el Vacío,

como el Amor.

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Particula


Soy arena...


me reseco en las playas de la mente,


me introduzco en las grietas de tus labios,


me deslizo en el matiz de tus sentidos


...y te hechizo.


**


Ya en tus sombra,


ya en las verdades de tu alma,


en tu garganta;


me desdoblo de la faz de mi miseria...


y te hiero



Soy ventisca...


viajo con la risa de tus pasos,


me arrastro tras la luz de tus amores,


invado tus razones, tus desmanes...


me vuelvo agua y cardo,


me vuelvo lluvia....


...y te domino



Soy lamento,


porque me enredo en las visiones de tus besos,


me desgarro bajo el mar de tus palabras,


me retuerzo en el fervor de tu cariño....


y me arrepiento.

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A la Contemplación Sublime


Allí, tras de la penúltima hoja, se encontraba la Amada.
Imposible de contenerse, a cada instante, a cada minuto, recorría las hojas del cuadernillo para encontrarse con ella...
Su mano acariciaba el reborde de su cuerpo y con sus ojos, corría por el misterio puro del enigma... Silabeando cada nota, sintiendo correr por sus sentidos el manantial iluminado de su paz invisible, de su ritmo, de su música.
Todos los días, a todas horas, la Amada le esperaba allí, en su escondite; aguardando la sed inconsumible, incontrolable de aquél muchacho que, desatado en el encanto infito de la magia, se sumergía en el hechizo sutil de la poesía... y Ella le recibía feroz y eterna. Acariciaba sus cabellos, le cantaba canciones dulces al oído...
Entonces, el muchacho, ebrio de mar y de luces, de sueños, de mundos, de palabras; caía dormido con SU poema, con SU amada, entre los brazos mientras sorbía de una copa de añoranza y de tristeza al recordar que, aquella magia inagotable, aquella nube libre, descarriada; nunca sería una Mujer.

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Soledad



Es curioso. Dentro del Mar de ideas que es la molécula del mundo, está la soledad.Es extraño ver como al extender los dedos de una mano pasan los rayitos tímidos, agazapados de la soledad.Es infame ver al hombre con el hacha y con las hoces destruir los brotes verdes florecientes de la soledad.Y lo peor... que brillantes es ver la luz que se asoma por las hojas de los árboles. Luz tan despierta, tan clara, tan lejana... Luz de planetas y de Astros exteriores... Luz de vida, de sal... de letras. Luz que se cuela sutil y austera a través de los espectros del bosque de la Soledad.Sé que es la soledad...Es la llama que corroe las entrañas cuando se quiere llorar... Es la rabia que sube en elevador hacia la impotencia...Es la consecuencia del todo... La consecuencia del nada...La soledad es la dolorosa, extraña e inerme Libertad Absoluta.

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Mundo



Vivimos en el Mar. En el Mar de Mares.
Nuestro rostro de ha vuelto azul y nuestra piel tersa se ha cubierto de escamas.
A nuestro alrededor; olas bravías circular tragedias y naufragios; partículas pequeñas se suspenden, reflejando la luz... Estamos en un mar de Gracia Innecesaria, en el claustro del vacío. Somos habitantes de una soledad continua, interminable.
Vivimos inmóviles entre el agua salada que corroe los labios, las heridas.
Somos producto ruin de los deseos y las pesadillas. Venimos con la lluvia fría de los sueños y nos alimentamos de nada, de nosotros mismos.

Somos habitantes del Mar del Mundo.

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Pasado


Sólo basta cerrar los ojos.
Me basta.
Con la espera desierta de razones,con la concienca erguida
puedo mirar atrás sin miedo a la lluviao al vicio.
Puedo respirar el aura del pasado
y recordar tantas risas, tanta paz
y tanta guerra.

...

Está demás decir que la soledad existe
y que es pesada su carga en la existencia.
Está demás aclarar premisas
escrutar sentidos, propósitos.
Simplemente basta quedarse quieto y recodar...
y poco a poco, la gloria y los horrores adquieren un color realista,
un plano fantástico y textual.

...

Poco a poco desfilan monótonas pasiones,
y retoños de cariño y amor acarician la piel cicatrizada del olvido.
Perdí tantas cosas,
sangré tanto,
lloré tanto.
Recibí tanto.

...

Me suspendo del pasado y del futuro en la cápsula sutil de la poesía y reitero:
esta no es ocasión de arrepentirse.
Esta no es misión de estar triste, o contenido.
Esta Regresión,
inducida por la fatiga y la angustia del presente,
no pretende más que el recuerdo efímero de sombras mal soñadas,
mal descritas.
Este regreso infantil me causa gozo.
...

Sé que he crecido.

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No te preocupes:
Hoy no tengo miedo.
No esperes de mí mordidas,
ni reacciones de huracán.
...
Esta tarde no tengo mucho que ofrecerte.
Mis ansias están ahogadas en esta taza de café
y mi furia enterrada en la palma de tu mano...
...
¿Te importa si no hablo mucho?
Quiero mirarte.
Hacía mucho tiempo que no miraba a nadie así:
Te miraré con los ojos cerrados y el alma bien abierta.
Con las manos atentas, con las sonrisas precisas.
Quiero verte como tal,
como eres.
Quiero describirte sin adornos,
quiero retratar tu voz... quiero guardarla en un poema
y que corra como la línea del viento,
que brote como una fuente de luz,
que rasgue el panel de mi silencio enclaustrado.
Que fluya como la savia del momento...
que riegue, que peine, que duela, que hiera...
que brille...
...
El cielo hoy es gris.
No, no temo que llueva.
Está lloviendo ya aquí, en mi cabeza.
Siento las gotas heladas correr por mis oídos,
por mi percepción,
por mis garganta
(y tu sabes lo crueles que son las gotas con las gargantas dolidas)
por mi corazón...
Las siento barrer la oscuridad con sus lágrimas de sangre,
inundar mis mares de vacío...
...
Te siento fresco.
Intacto...
quizá entrecortado.
...
Me pasas por la piel como un río fresco de zafiro en un día terrible de calurosa soledad.

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Oscuridad




El sol muere. Parece despedirse lentamente mientras cae rendido en entre cirros ensangrentados.
Es entonces cuando la noche se asoma envuelta en su manto estrellado y lo extiende sobre las cabezas de las criaturas que lloran aún al astro caído.
Su oscuridad corre por las calles semidesiertas, penetra en las casas. Se le ve salir por dentro de los cajones y escapar de los armarios vacíos. Se vierte como un ácido ruin y devora las formas y figuras, los colores y los rostros de la gente.
Yo estoy aquí. Sintiéndome. En este momento, no me veo.
A mi alrededor, el vació roza las paredes y presiona contra mis ojos aterrados. Rasga mi piel con minúsculos colmillos y lastima mis oídos porque grita fuerte, muy fuerte … Se cierne sobre mí y me devora junto con todas las cosas. Mi cuarto, mis libros y ahora yo también, flotamos en la nada inalterable, imperceptible apenas. Extiendo una mano y agito con ella el aire que parece quedarse inmóvil. No la veo. Tengo la sensación de ser invisible. Me muevo entre lo irreal, entre lo fantástico. “En la oscuridad, todas las cosas se vuelven invisibles o irreales o fantásticas” pienso.
Estoy tranquila. Hasta ahora lo soporto muy bien. En la penumbra, logro captar apenas la silueta de una lámpara. Quiero encenderla, ¡quiero terminar con esto!... La ansiedad comienza a picarme con su daga y me levanto. Tropiezo con algo que hay en el suelo y caigo de bruces sobre un suelo que no consigo ver. Quiero levantarme pero, ¿como saber cuál es “arriba” o “abajo” cuando se está suspendido en la nada total, en el vacío indescifrable? Me mareo. Levanto los ojos falsamente ciegos y la veo de nuevo allí; la lámpara flota en un mar negro de ansiedad y de terror. “Me rindo” suspiro y me levanto trastabillado. Con los pies descalzos, llego hasta el muro que tanteo para encontrar el interruptor de la luz. Lo acciono.
La Oscuridad grita de muerte y desaparece dejando una niña sola en un mundo visible, real, incoherente . “A veces es mejor la oscuridad” suspiro, y vuelvo a la cama con las luces completamente encendidas.
Fuera, la luna, hasta ahora oculta en una nube, sale y lucha contra el enemigo que yo acabo de echar de mi cuarto.
“La oscuridad suele ser tan fría” digo y me arropo hasta la cabeza con el afán de dormir.

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Letras



Me dijeron que, si lograba conseguir esa carta, el futuro del mundo estaría ya en mis manos. Me dijeron que sólo bastaban unas cuantas minúsculas y mayúsculas para tejer una corona de luz. Y allí estaba yo, frente al derruido edificio del antiguo palacio, aguardando a que el valor llegase para atreverme a entrar.
La noche anterior me había revuelto entre las sábanas regocijándome del éxito que acompañaba a esa carta que estrechaba ahora entre mis manos; una carta pura, blanca, misteriosa... una carta de sobre inmaculado que no me atrevía a irrumpir. Una carta de amor, de poder, de fantasía...
Y yo necesitaba esa carta. Necesitaba de su tinta, de sus hechos... necesitaba de sus mundos, de sus quimeras... de la magia que por medio de la magia, yo habría de dominar.

Se cuenta entre poetas y novelistas que es posible dominar a otro por medio de sus letras; que es preciso sólo contar con unas pocas para manipularle, para controlarle... Yo no hacía eso por el poder, o por las ganancias... no, yo lo hacía por algo más. La carta que hasta el momento indecisamente estrechaba entre mis manos representaba la métrica de mi existencia, el parámetro del abismo, en el umbral de mi tristeza... Representaba la oportunidad de conocerle por dentro, de saberme en sus entrañas, de encontrarme dentro de su dimensión…
Pero antes, necesitaba entrar en el castillo ruinoso para así lograr entrar en el misterio.

Estreché el papelito contra mi pecho. Sí, podía sentirlo.... algo allí dentro palpitaba.... algo allí dentro se movía y buscaba el contacto de mi cuerpo como un animalillo peludo en busca de algo de calor. Con un gesto casi mecánico acaricié el sobre y respirando hondo, di un paso hacia el umbral guardando la carta en mi bolsillo.

...Y entonces, como desde un punto ínfimo de una ventana, pude ver a la Hechicera.
Allí, situada en la mitad de una nada insoportablemente vil, se hallaba bordando con hilo de seda y aguja de hueso un tapiz de celofán.
Vi salir de sus dedos laboriosos tantas figuras, tantos mundos, espacios y puertas...

Con el miedo tembloroso en las pupilas, me acerqué. Ella pareció no verme y continuó bordando mientras tarareaba una canción que no reconocí.
--- Perdone …
No obtuve respuesta.
--- Disculpe …
Ni así, siquiera, me miró.
--- !Hey! Necesito de su ayuda!
La hechicera, entonces, levantó sus hermosos ojos azules y agitó los cabellos blancos, hebras de plata hiladas con nubes de paz.
--- Eso me queda claro. De otro modo no estarías aquí.
¡Su voz era extrañamente potente y joven, su rostro terso e infantil! Sin más, retomó la insistente actividad y me ignoró.
Yo saqué la carta de mi bolsillo y sólo entonces su mirada brilló de nuevo sobre mis manos. Me preguntó de dónde la había sacado y a quién pertenecía; preguntas meramente mecánicas a las que yo respondía como un examen. Con sus dedos largos tomó el sobre y se puso a examinarlo con cuidado minucioso de doctor.
--- ¿Tienes idea de lo que haces? Pides un Hechizo de Letras.
--- Sí.
--- ¿Te das cuenta? me entregas una carta que tú has escrito a ti mismo; me pides que te hechice a ti, para ti. Me pides que te otorgue control sobre tu control. Me pides que...
--- Se exactamente lo que pido.- Respondí insolente.- Por favor, no lo haga más difícil... quiero salir de aquí.
Me sentía incómodo. Pesaban sobre mi espalda miradas fantasmales de ojos invisibles para mi razón.
Sus ojos de zafiro eran de fuego mientras engullía lentamente mi carta, mi preciosa carta...
¡Dios! aquella hechicera era tan hermosa, tan hermosa.......


. . . . . . .

El poeta calló entonces. Su mirada yacía perdida en el vacío de la Terminal.
Yo tomé un sorbo de té y me miré las manos manchadas de tinta.

Muchos son los que han fundido su vida con el arte tributándole una hoja, unas cuantas letras… y toda su existencia…

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Palenque


Si uno mira bien con la piel que se embriaga de rocío, si uno percibe por los ojos del insomnio su sutil encanto, su temblor, su presencia; se dará cuenta que el sitio de la vida es éste, no aquél otro, ni aquél más, sino éste. Aquí, se respira la bitácora del tiempo. En los poros ensalzados describen moralejas las partículas de luz. Hay esencia a especias en el aire y, en la lengua, se rescata un gusto a menta, a hierbabuena. El fresco rumor de la promesa seduce a los oídos y deja al alma desnuda, vulnerable al hechizo de la Selva Tropical.
Entre gotas de esperanzas renacidas y murmullos de animales juguetones, la conciencia se expande al límite de la razón. La energía neta del entorno de la Vida penetra en las ideas, la entrega del tributo de la Selva retoca el interior de los sueños recaudados. En el estanque transparente y virgen, tomarán un baño las figuras y las ilusiones habrán de corretear por las hojas de caoba y en el azúcar de las bayas silvestres.
Esta es la Selva. Este es mi sueño. Una realidad.


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Transparente

Cuarzo.
Hay cristales claros aquí, dentro.
Siento oro molido, siento agua...
siento cielo.
...
Siento fiebre de la vida
que corre, que brilla, que sueña,
que agita, razga y deslumbra...
que muere, que ríe, que juega...
...
Tengo voz.
Tengo salida.
Tengo dos dedos y una gema.
Tengo calor,
tengo desgracia...
tengo al sol, al espacio... a la riela.
...
Quiero un olor,
quiero una herida...
quiero una fuenta, un vitral...
quiero la luna de marzo...
quiero ser ave, ser Mar...
ser cristal...
Cuarzo.

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Irrealidad

Lejo (tan lejos)
está un punto pequeño, suave...
.
¿Es acaso una condena esta irrealidad?
.
...y cerca, tan cerca
le veo... le palpo...
parece tangible, parece preciso,
parece tan exacto...
.
pero está tan lejos, tan lejos,
que por más que le extienda mis ojos de lazo,
no logro alcanzarle... no logro atraparlo...
.
Y permanece lejos...
(y a la vez tan cerca,
que pordría aplastarlo con un sólo dedo si no hubiera de amarle)
.
Punto irreconocible,
extravagante,
hiriente...
.
Dosis shock de realidad absoluta tremendamente distorsionada de sueños.

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Sueño

En el aire de la noche,
el silencio me pesa...
Empalaga mis pulmones con sus plumas.
Estorba mi conciencia con sus muecas...
.
Me hace sentir débil,
oscura...
y temo por la cordura de mis letras.
.
El viento sopla aquí, en mis manos.
En la mesa de noche una hoja espera...
Debo aprender a punto y coma
su expresión escrita de manera
que recitarla toda, sin error, pueda...
.
El tiempo corre.
Ya está cerca.
Mañana tendré un sueño de perra...
y con ojos rojos iré caminando
por los tubos tristes de mi vida en vela.
.
.
.
Duermo vivo
mientas vivo muerta.

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El Juego de los Ideales


Hay fuego en el aire.
Átomos chamuscado caen a torrentes precisos.
..
Uno está harto de ser el incierto desvarío del cansancio.
de usar el remedo vil de la poesía
para el agrado frívolo,
para el regalo.
...
Uno está cansado de observar las gotas del tiempo escurrir,
eterno, por el caño del lavadero,
de escuchar su llanto;
su misterio.
....
Uno está cansado de ser un ideal reconfortantemente amargo.
de ser la inequívoca letra incauta,
la pasión fugaz...
el halago.


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Décimas a Contraluz


I
Cayó la madrugada en mí,
y la luz blanca clareaba,
cuando una voz esfumaba
aquél primer sueño de Abril;
y esa presencia sutil
que mi sueño evocaría,
justo al declinar el día...
con mi voz, exasperada,
sin más, lloraba y cantaba,
por si así regresaría.
II
Tras mis párpados de gasa
caen los duros cerrojos
de las puertas de mis ojos,
impuros de casta y raza
,al ritmo de aquella maza
que sin clemencia rompía,
que sin más piedad hería
el grillete que me ataba
de soñar que yo soñaba,
de sentir que yo vivía.

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Aguardo


La espera es el resumen de la angustia. Es el dolor ácido que sube por la garganta hasta el cerebro de la inspiración. Es la cuerda débil y solitaria entre un abismo inalterable...Es la esperanza....La fé...Las ilusiones...Y la navaja cruenta con la que el soñador corta las venas de la realidad.La espera es el vínculo que mantiene unidos a los componentes de una canción inespecífica; es la obsesión del recuerdo... Es la agonía del poeta.

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Euterpe


De tu llanto he sido hecha
Oh, tierna musa de encanto,
Prisionera de tu canto,
presa de tu paz maltrecha;
blanco de la cruenta flecha,
de aquellos que también diste,
de quienes también hiciste
lunas feroces y ardientes;
que con garras, ¡Qué con dientes!
rompen la imagen que fuiste.

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A veces, sueño que sueño.


Sol del sueño del sueño de la sombra,
azul amor, alarma de la alerta,
fugaz clamor, cerrojo de la puerta,
surreal canción del nombre que te nombra.
Arrullo efímero cual cruel alondra,
que a la verde paz con fervor despierta,
transformando siempre a la mar cubierta,
en esa cálida y sutil anfombra.
¡mi amor a medias ni siquiera pudo
abatir las moradas de tu verso
ni encontrar los secretos de sus nudos
ni encontrar el poder de tu universo,
ni entrañar los porqués de tus escudos,
ni borrar tu visión como mi adverso.!

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Ventana


Les miro diario, de lejos.
Con ojos de sombra recorro sus rostros,
les miro distantes por los espejos;
por el mirador vacío de la ventana del mundo,
a través de sus deseos.
Les miro impertinente,
les miro fijo,
atroz... inrremediablemente.
Y entonces les veo seguir.
Caminan con sus pasos seguros,
con ademanes despreocupados...
y yo me quedo a solas con mis ojos...
¡Cómo me gusta mirarlos!
Y verles tan frescos, tan simples...
tan dispares, tan tercos, tan bellos....
y oler la fragancia fuerte de su fé,
de sus pensamientos...
Entonces absorbo su vida y ellos pasan,
como siempre, como todos...
tan serios.
Dios, ¡Cómo me gusta mirarlos!

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Secreto


¿Sabes? Suelo soñar contigo,
con tu voz que susurrua a mi alma,
con tu sonrisa de estrella,
con tu piel de manzana.
Suelo despertar en tu recuerdo
y dormir en tu silencio...
... y extiendo mi mano y toco el velo de tus manos suaves, blancas...
me pierdo en la luz oscura de tus ojos de ciervo,
me enncierro en tu aura tierna de paz intacta.
Me deslizo bajo mi almohada y te busco...
y luego me escondo de tu mirada cuestionante.
¿Te acordarás de mí?

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Permanencia Material.


Oigo Guerrra.
El tintineo de las armas ya canta por el camino.
Las gotas de lluvia (o las lágrimas)
escurren por mi rostro preocupado.
Vienen lejos.
Les oigo.
Les huelo.
Percibo su furia centrada en mi cuerpo.
... y no me muevo.
Me planto en el suelo con mis ideales como raíces,
con mis sueños como cadenas me amarro a esta realidad.
Quedamos muy pocos...
Nuestros árboles y escudos cayeron bajo el peso de sus gritos.
Con sus hachas de odio cercenaron nuestras manos...
Con sus voces de fieras descarnadas raguñaron nuestros cuerpos....
Pero aún mantenemos las banderas de pie.
Ya están cerca,
Los oigo,
Los huelo...
Vienen por mí.

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Codicia


Ella ciñe al mundo en la palma de su mano.
Le ha encarcelado en las flores de un arduo sin-sentido.
Al haberle cortado las alas de plata le ha condenado.
Nos ha dejado desnudos en el abismo, tristes, fríos.

Ella flota sobre las cabezas de los hombres.
Vierte arena en sus ojos, les ciega.
Pone pimienta a la voz certera de las causas.
Recrimina los sueños, les hace quimeras.
Y nosotros...
Nosotros...
¡Indefensos animales!
¿Dónde está la fuerza de la paz?
¿La unión de estrellas, de mar, de aire?
(Foto: La Condición Humana. René Magritte)





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Despedida

Lamento informar de tu fracaso,
de gritar tu furia, tus pupilas.
Lamento dejarte en el parnaso
de tintineos trémulos,
de rimas.
No sé que piensas,
que te orille...
Tal vez nunca le veré de cerca.
Tal vez la duda eterna llega,
y me turba, me ciñe
como lo hacen las bífidas e inciertas
suturas y amarras que te oprimen
de ser quien eres... de cantar cual bestia
que proclama su vida... sus declines.
Y si bien dices que has ganado,
que te arriesgas, que es "lo adecuado"
has de saber que no hay salida
a tu plan siniestro y destrozado
de seguir conmigo, de seguir con vida,
porque has perdido,
lo has logrado...
Desde el país de mis letras,
de mis días;
no brilla tu luz,
no brillan tus manos.
Y no creo que me arrepienta fácilmente.
Veremos quien juega al ser humano,
veremos quien cae en la vida-muerte
del perro infecto... desgarrado
de quien besa y riñe,
de quien riñe y besa
al cielo claro y despejado.

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Bienvenidos








Este blog, como muchos pensarán, lo hice de un modo egoísta y muy poco considerativo... pero es que tengo tanto aquí atorado en el pecho! Les agradeceré si me visitan... Les agradeceré que me comenten... He aquí unas letras heridas y respirantes que gritan por tinta y papel.




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