Favor de acariciar a la Rocamadour.



No te preocupes:
Hoy no tengo miedo.
No esperes de mí mordidas,
ni reacciones de huracán.
...
Esta tarde no tengo mucho que ofrecerte.
Mis ansias están ahogadas en esta taza de café
y mi furia enterrada en la palma de tu mano...
...
¿Te importa si no hablo mucho?
Quiero mirarte.
Hacía mucho tiempo que no miraba a nadie así:
Te miraré con los ojos cerrados y el alma bien abierta.
Con las manos atentas, con las sonrisas precisas.
Quiero verte como tal,
como eres.
Quiero describirte sin adornos,
quiero retratar tu voz... quiero guardarla en un poema
y que corra como la línea del viento,
que brote como una fuente de luz,
que rasgue el panel de mi silencio enclaustrado.
Que fluya como la savia del momento...
que riegue, que peine, que duela, que hiera...
que brille...
...
El cielo hoy es gris.
No, no temo que llueva.
Está lloviendo ya aquí, en mi cabeza.
Siento las gotas heladas correr por mis oídos,
por mi percepción,
por mis garganta
(y tu sabes lo crueles que son las gotas con las gargantas dolidas)
por mi corazón...
Las siento barrer la oscuridad con sus lágrimas de sangre,
inundar mis mares de vacío...
...
Te siento fresco.
Intacto...
quizá entrecortado.
...
Me pasas por la piel como un río fresco de zafiro en un día terrible de calurosa soledad.

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Líneas de Ocasión by María Fernanda Pérez Ramírez is licensed under a Creative Commons Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México License.