I
Cayó la madrugada en mí,
y la luz blanca clareaba,
cuando una voz esfumaba
aquél primer sueño de Abril;
y esa presencia sutil
que mi sueño evocaría,
justo al declinar el día...
con mi voz, exasperada,
sin más, lloraba y cantaba,
por si así regresaría.
II
Tras mis párpados de gasa
caen los duros cerrojos
de las puertas de mis ojos,
impuros de casta y raza
,al ritmo de aquella maza
que sin clemencia rompía,
que sin más piedad hería
el grillete que me ataba
de soñar que yo soñaba,
de sentir que yo vivía.
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