Favor de acariciar a la Rocamadour.

Siempre...




Siento un dolor puro,
tranquilo.

Un dolor impecable,
sin areniscas desveladas,
ni gránulos de rencor o de odio...

Y siento,
al mismo tiempo y casi entrefiltrada,
una chispa de felicidad,
detrás del reflejo de sus ojos
que llevo tatuado en la memoria,
o del brillo de su piel bajo el rayo solar del medio día,
corriendo por el césped (casi seco),
lejos de mí,
lejos...
Alejándose.

Partiendo en busca de sí mismo.
Jugándose el todo y la nada...

Y yo: Antares,
gigante, voluble y roja;
siempre yo, siempre amando, siempre le voy a querer.

2 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Hola!
Me ha gustado lo que escribes. Sigue perseverando en pos de las palabras.

Saludos...

Anónimo dijo...

creo que algo comienza a salir de mis entrañas creo que en toda la maldad empiezo a ver un haz de color rojo....
creo que me estan enamorando tus palabras... aunque sean tristes
tuyo..
Ax*

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Líneas de Ocasión by María Fernanda Pérez Ramírez is licensed under a Creative Commons Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México License.