Favor de acariciar a la Rocamadour.

Cito

Cito, a continuación,
tres razones para estar triste.

La primera: ser estrella
apagada en el cenicero cosmogónico de la existencia,
surmergida en cenizas apestosas,
el colillas húmedas,
en ascuas amarillentas, vulgares y apagadas.

La segunda: ser cadena
para las alas frías del destino,
para las personas amadas,
para las aves, para los prados,
para las hojas caídas por las brisas de otoño
y para mí.

La tercera: ser sueño fallido
del amor.
Del ideal distante,
de la distancia misma.
Del sueño mismo.
y lo peor... de mí.

2 comentarios:

●•• √эиuⓩ ••● dijo...

No cabe duda, debería estar triste! jejeje, aunque por alguná triste razón... No lo soy! jeje :D

Anónimo dijo...

Y yo cito tres motivos para no estarlo...

el primero, suntuosa estrella, es que tu luz no es apagada por tu espíritu encendido, que las cenizas de las que vuelves cada vez que te vas, llenan los huecos de la tediosa existencia.

el segundo, gloriosa cadena, de miles de mares rotos y de sueños sonoros, de risas sumergidas en éter, de las estaciones procreadas por el mar, es que tus cadenas atan corazones... pero desatan esperanza y devoción.

y por último, la tercera, dulce sueño de miles de noches, dulce recordatorio de que el dolor se lleva a cuestas, de que las lágrimas derramadas en sueños sirven de rocío al alma...

siendo asi, roja estrella, no creo que haya motivos suficientes para relegar tus memorias al sufrimiento, piensalo... ya sabes donde encontrarme.

D E V

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