Favor de acariciar a la Rocamadour.

Vale la pena

¿Para qué tanta letra, tanto desperdicio de papel, tanta tinta?
No me explico para qué, si al final de cuentas, sólo logro revivir esta amarga melancolía, esta tristeza que me devora la razón.
Resulta que al terminar el sendero, del otro lado de este túnel, no había más que esperanza. No había más que mentiras desgastadas por el viento; que risotadas etéreas y flotantes por la inmensidad.
¿Para qué?
¿De qué sirve el prometer de la existencia a tan alto costo: el de la soledad?

Algunos me han dicho eso: Que el SER lleva, oculto en sí, un arduo sacrificio: el sacrificio de la inocencia, inocencia que se pierde a cambio de un don divino, el de la Fe. Que el Ser como tal, con sus pros y contras, es el tesoro más preciado de la humanidad, el más dolido, el más costoso, el más inalcanzable. La más sublime de todas las letanías, la más amarga de todas las promesas de individualidad.

¿Vale la pena quedarse sola, si ese es el precio por ser, por hacer y deshacer? ¿Por constuir?

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Líneas de Ocasión by María Fernanda Pérez Ramírez is licensed under a Creative Commons Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México License.