Favor de acariciar a la Rocamadour.

México

Ay, mi Pueblo.
Tan ajeno para Dios...
Hundido en el sendero de los siglos,
pestilente a pólvora, o pulque; a democracia

Ay, mi Pueblo:
a la vez
tan lejano para el Diablo.

Tus montes, selvas;
tus cielos cuajados de astros zodiacales,
lloran
tu sepulcro en la Imprenta de los Infelices,
en la tinta carbonizada del Delito, de la sangre,
de las vísceras calientes de tus hijos destrozados
por los perros.

Oh, Paraíso de los Vientos,
Edén de mariposas,
Camastro de golondrinas,
Lienzo para garzas níveas,
que pintadas
por pinceles delicados,
reposan, con sus alas al óleo,
sobre las márgenes de tus ríos...

Ríos que se tiñen con las almas de tus hijos,
que se salan con las lágrimas de las viudas,
con los pies descalzos de huérfanos
que lavan su tristeza sobre las piedras,
sobre las espinas de los nopales.

Ay, mi Pueblo.
Tan ensombrecido... tan dolido.
Tan lleno de nubes cerradas que te obstruyen el paso,
que te tapan el Sol,
que te dejan frío, solo y tenue
bajo la luz cegadora del Mundo.

1 comentarios:

●•• √эиuⓩ ••● dijo...

Mi México, tan hermoso y tan horrible...!!

Hermosas letras!

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Líneas de Ocasión by María Fernanda Pérez Ramírez is licensed under a Creative Commons Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México License.