Ahora sí es oficial: se me fueron las letras.
Dejé de leer, pierdo la concentración con facilidad; divago.
Mi maestra de Literatura comete errores o mete la pata y no me molesto en corregir o precisar.
No quiero llegar temprano a ninguna parte.
No compro tiempo aire para mi teléfono celular.
Alimento al hamster con mesura y doy más atención a los peces.
Pienso muchísimo es sushi (mi padre dijo que saldríamos hoy. No cumplió).
Me he levantado tres veces de la silla antes de publicar esto: me estoy quedando vacía.
Hago oraciones enlistadas.
Carezco de nexos lógicos.
Se me mueren las ideas.
Conexiones neuronales trenzadas me hacen creer que recuerdo memorias ajenas y que en mí vivien olores, sensaciones y prejucios que antes no existían: que no son míos.
Tengo sueño crónico.
Tengo pesadillas.
Volveré a los ejercicios básicos de redacción.
Una disculpa a todos, una disculpa incluso al libro que no puedo terminar de leer porque no me pica.
Ahora sí: Sin título.
Publicado por Antares en 18:41
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1 comentarios:
Fernanda! no se si exista un médico para escritores, pero hay que buscar uno urgente! No puedes decaer así. Animo, y ojala las musas se paseen frente de ti.
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