Es un sedal de oro,
un hilo fino de pelusas matutinas,
de cafés ahogados en el crepúsculo sangriento,
y en las Lunas Llenas.
Dentro de mí,
se ataba a mis rodillas,
a mi vértebras,
a mis pulmones y costillas
y halaba cuando te hartaba la vida,
o te inconsumaba el olvido de las hojas y de las gotas de rocío
en las barandas.
Entonces yo lloraba tus sueños estrepitosos
y lóbregos
en un conjunto convulso de vacilaciones, lágrimas y saliva
y te pensaba
en los rincones,
en las estrellas,
en las noches,
en mis poemas...
Hasta que te filtraste uno a uno,
en una letra primero,
luego en una frase...
Hasta que una Luna enorme y herida
se posó
para siempre
en mi cabeza.
1 comentarios:
me agrada mucho el tipo de imagenes que empleas, son muy interesantes, la redacción y la estructura, es muy especial...
me agrada como redactas.
espero leer mas.
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