Favor de acariciar a la Rocamadour.

Uno al Otro


Y te recuerdo así: Hostil.
Atrincherado en tu vereda cercada de rocío,
en tus metáforas acribilladas de pétalos rosados, níveos;
reencarnados en furiosas aspas de verdad, desprecio e ironía.


Siempre en guardia, siempre atento,
siempre mirándome por el rabillo de esos ojos morenos, escrispados
brillantes
rabiosos y expectantes,
impregnados del veneno de la sed en tus palabras,
en tus lágrimas mudas, invisibles,
rodantes por el perfume de las madrugadas eternas, invencibles
completamente irreales e ilógicas.


Y te recuerdo así: Austero, ausente
siempre inmerso en el trasfondo de cada gesto y cada letra
de cada canción inacabada, de cada beso inmaculado que se escondía
tras el filo cálido de una promesa vacía de significado, de cortesía; de delicadeza.


Y nosotros dos: siempre rudos.

Y nosotros dos: siempre infelices, tristes, inconformes.

Persiguiendo sueños repletos de esperanzas ácidas y efímeras,
completamente sordos, mudos, ciegos, incomprensibles…
y siempre, siempre tan iguales,
tan proporcionales,
tan poco divergentes:
Siempre recordándonos Así, preguntándonos, arrepintiéndonos…

Culpándonos el uno al otro.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace poco vi unas nubes
danzantes
sobre un cielo muy cielo
azulado.

Hubieras visto tal murmullo
de estrella,
tal fragmento de perla
inmaculada.

La nube se fue, las nubes se van
¿a dónde van las nubes
cuando se pierden así
sin avisar?


Charles Ruhán

Creative Commons License
Líneas de Ocasión by María Fernanda Pérez Ramírez is licensed under a Creative Commons Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México License.